Tal vez hemos escuchado por estos días la pérdida millonaria de nuestra red social favorita “ Facebook” (que por cierto Instagram y WhatsApp le pertenecen también). Lo grave no es el lugar que acaba de perder Zuckerberg, dueño de Facebook, en la lista de los más ricos del mundo sino lo que significa para nosotros los usuarios de dichas redes el uso que dan a nuestros datos. La principal red desde donde compartimos nuestra vida social y laboral, donde ya era importante cuidar nuestra privacidad y la de nuestra familia.
“No suban las fotos de los niños” “no digas donde andas o a qué sitio vas” “no digas cómo te sientes” “no compartas tus planes” “no hagas test para saber qué tan inteligente eres” “no uses Messenger para dar datos” y muchos más no, no, no… Algunas de esas cosas las hice, como todos, la única manera de no hacerlo es salir de la nube y eso es muy difícil porque para eso estamos, para comunicarnos y sociabilizar.
Lo veía como un peligro que podría venir de fuera de las redes sociales, de la “red oscura, oculta”, de los secuestradores, la pornografia infantil, la trata, el ciberbullying, hackeo, grooming, sexting y otros más. Nunca pensé en el uso de mis datos de manera “profesional, legal e inconscientemente consentida” y mucho menos para que de manera sutil me hicieran cambiar de parecer “según convenga”.
Desde 2013 que se formó Cambridge Analytica, “CA recopila datos sobre votantes usando fuentes tales como datos demográficos, comportamiento del consumidor, actividad en internet y otras fuentes públicas y privadas. Según The Guardian, CA está utilizando datos psicológicos derivados de Facebook, en gran parte sin permiso o el consentimiento de los usuarios.” “De acuerdo con Sasha Issenberg, CA indica que puede decir cosas sobre un individuo que quizás ni siquiera conozca sobre él mismo.” “Mostró que con un número limitado de “me gusta” las personas pueden analizarse mejor que los amigos o parientes y que la orientación psicológica individual es una herramienta poderosa para influir en las personas.” www.infobae.com
“Explotamos Facebook para acceder a millones de perfiles de usuarios. Y construimos modelos para explotar lo que sabíamos de ellos y apuntar a sus demonios internos. Esa era la base sobre la cual la compañía se fundó” Christopher Wylie, ex empleado de CA a The Guardian y The New York Times.
Bueno, resulta que es una empresa que vende sus servicios a gobiernos, ejércitos y organizaciones militares. Empresa británica contratada por quienes tenían a su cargo la campaña electoral de Donald Trump y por los de la campaña a favor del “brexit” (ruptura de la Gran Bretaña con la Unión Europea antes del referéndum en 2016.
Estamos viendo cómo estas empresas usan nuestros datos para mover nuestras preferencias en cuestiones políticas y ni qué decir de preferencias en todo lo que compramos, y lo que no se ha dicho aún de situaciones de “mover a las masas” para determinado fin; por ejemplo en Estados Unidos en contra de los mexicanos, en nuestro país en contra de un movimiento social, en contra o a favor de un candidato, o de una persona. Un manejo de nuestra mente sin que nos demos cuenta; y que además contribuimos voluntariamente a ello. Un manejo tan sutil que no somos conscientes de ello ¿Cuándo? ¿Cómo? Cada vez que nos aparece un test para saber qué IQ o CI (coeficiente intelectual tienes), cómo te verás en x tiempo, a qué artista te pareces, haz una pintura de tu foto de perfil, etc etc. Cada vez que hacemos algo así y nos pide “autorización” para acceder a nuestra información de cualquier tipo; poder saber qué tan inteligentes somos o cuánto de cultura sabemos, o de ortografía, nos está costando dar la autorización del manejo de nuestra privacidad. Por medio de las redes sociales, de cualquier sitio web, o cualquier navegador.
Parece ser que las preferencias electorales de Estados Unidos estuvieron influenciadas por este tipo de manejo de datos privados de 50 millones de usuarios a quienes accedieron a través de un test de personalidad realizado a 265 mil usuarios de Facebook que accedieron “voluntariamente”.
Según la bbc noticias, “Entre la información que recabó la app se encuentra la información personal de los perfiles, actualizaciones de estado, “me gusta”, y “en algunos casos, mensajes privados”. “Ello, según Wylie a The Guardian, le permitió a Cambridge Analytica conocer a qué tipo de mensaje iba a ser susceptible cada usuario para tratar de influir en su forma de pensar, así como el contenido, tema y el tono que debían usar en cada caso.”
Los gigantes se defienden, Cambridge Analytica o SCL dice que borraron los datos y no hicieron mal uso, Facebook dice estar escandalizada por el engaño que sufrieron pero además que “los usuarios cedieron su información; no hubo infiltración en los sistemas y no hubo robo de contraseñas ni de información sensible”. ¿Podemos creer que un gigante con las herramientas tecnológicas y de personal especializado con que cuentan pueden ser engañados? Cuando son capaces de limitar nuestro tráfico en la red, como bien decía el periodista Jenaro Villamil de la Revista Proceso, cuando no tenemos un convenio de promoción con ellos.
En México ya salieron los primeros indicios de la intervención de esta compañía, hicieron recopilación de datos en “13 ciudades bajo la influencia de carteles de la droga, el objetivo del cliente era evaluar el impacto de las políticas y los procedimientos de EU relacionados con el tráfico de drogas en la tasa de delitos violentos en los Estados Unidos.” Información de la página de SCL 2018.
Y nosotros sin darnos cuenta. Que con lo que estamos viendo tampoco es garantía que haya sido usada como dicen.
Mientras nos movemos en Internet y las redes sociales, seguiremos siendo testigos y conejillos de indias de los gigantes y los que no lo son tanto. El punto es ¿Cómo vamos a salvarnos de la manipulación de nuestra psique? Con conocimiento y educación; educación en algo que se viene moviendo hace pocos años y se va haciendo urgente ser consciente, inteligencia emocional. Tendremos que ser capaces de conocer y controlar nuestras emociones. Es nuestra responsabilidad ser fuertes, críticos, audaces y trabajar la estabilidad emocional, siempre desde la fuerza y la unión de la familia. Y rescatar nuestra identidad y cultura… Entretanto los gigantes libran sus batallas para controlar lo que no debe ser controlado.